Lucas Trigos (1era parte)

En nuestro encuentro inicial dejaste caer una frase que me ‘taladró’ la mente por varios días: APRENDER A VESTIRSE POR DENTRO.

Ese pensamiento fue el resultado de una reflexión, de una sensación fuerte de no estar alineado con el camino que yo quería transitar en esta profesión. 

Sentía en ese momento una ola gigante, que había comenzado a empujarnos a muchos cocineros hacia una dimensión desconocida, diferente y muy tentadora, llena de estrellas y premios, donde algunos conceptos, para algunos sagrados e intocables, se torcían y manipulaban a gusto, alterando el orden de importancia de algunos de los valores fundamentales de la cocina y del cocinero.

Se le daba más importancia al parecer, que al ser. El ‘parecer’ se imponía sobre la esencia, en donde la valoración externa de lo que aparento, prima por sobre quien soy. Vestir o adornar un plato para que se vea lo más parecido a una composición artística, era más importante, que hacer la mejor combinación de ingredientes y lograr un plato más rico. Entonces, si tal ingrediente no combina o afecta el contraste de color, ¡hay que sacarlo! para eso estudiamos diseño…aja.

Vestirse por dentro es la necesidad de no perder el enfoque en lo verdaderamente importante y valioso, aprovechando cualquier oportunidad que tengamos para sumarnos más a lo genuino y sincero. No olvidarse de poner el despertador, para que nos rescate de esos sueños que habitan en el mundillo de las apariencias y de lo superfluo, de las etiquetas y marcas; evitar creernos el cuento de que somos el precio que pagamos por lo que vestimos, las zapatillas de lujo y los likes que obtenemos en las redes sociales. Más parezco mas me valoran, más tengo, mejor soy. Bullshit.

Nosotros ya somos.

¿Qué significa ser un cocinero hecho y derecho?

No sé qué significa, pero sí podría decirte que considero como importante y valioso en los cocineros que forman parte en mis equipos. La condición más importante de todas es que estén hechos de buena madera, que sean buenas personas. Lo demás se aprende, se lo enseñamos. Que tengan absoluta comprensión y creencia en los valores fundamentales que compartimos todos los que honramos nuestra profesión. Respeto, solidaridad, humildad, compromiso, pasión, amor y un alto grado de tolerancia a la frustración y que sepa manejar la ansiedad. La higiene personal es otra condición indispensable. 

A mi criterio, estos aspectos dan una base sólida a la estructura de un cocinero integral. La parte técnica, el conocimiento, todo eso se obtiene.