La Regina Real Estate: Una empresa con cimientos firmes

CASI POR CASUALIDAD

«Mi camino hacia el mundo inmobiliario no fue planeado», reflexiona Rosa, mientras traza paralelismos entre sus inicios y el crecimiento orgánico de su empresa. Desde sus primeros pasos como productora de televisión hasta convertirse en una empresaria destacada, cada etapa de su vida parece haberle dado herramientas para edificar La Regina Real Estate sobre bases firmes.

«Trabajé muchos años como productora en Canal 13, donde conocí a Pablo, mi marido. Luego, me incorporé a la empresa familiar, un restaurante muy vinculado al fútbol y los artistas, ubicado frente a Pol-ka, llamado La Cantina de David», cuenta.

Durante cinco años, Rosa formó parte de ese negocio familiar, que terminó vendiéndose en 2010. Ese mismo año, una desarrolladora que adquirió el predio le ofreció un puesto en ventas. 

«Fue algo muy natural. Comencé vendiendo los departamentos a los clientes y amigos que frecuentaban la cantina. Los futbolistas suelen ser muy “contagiosos”: si uno compra, recomienda, y los demás lo siguen. Yo no sabía leer un plano, no sabía lo que era un informe de dominio, un informe de inhibición. Pero el arquitecto de la desarrolladora me enseñó todo. Me acompañó a las reuniones hasta que un día me dijo: ‘Basta, ahora vas sola’. Esa vez volví a la oficina habiendo vendido dos departamentos».

EL DESEMBARCO EN NORDELTA

Poco después, la familia de Rosa se empezó a agrandar, llegaron Isa y Maqui, las primeras hijas y decidió mudarse a Nordelta, sin saber que este golpe de timón también cambiaría el rumbo de sus actividades, las que siguieron afianzándose, aunque con una dirección un poco distinta.

“Ese mismo año, en 2010, llegué a Nordelta y empecé a ir menos a la desarrolladora. Justo en ese momento, Fernando Cavenaghi me preguntó si yo le podía administrar sus propiedades. Fernando es un hermano para mí, compartimos muchísimas cosas, y es un gran amigo de mi padre desde hace muchos años. Papá le había estado ayudando a administrar sus inversiones en esta zona, pero ya no podía seguir haciéndolo. Entonces es ahí cuando yo empiezo a comercializarlas y administrarlas. Esto me llevó a vincularme con colegas, a seguir aprendiendo, a meterme en el mundillo inmobiliario nordelteño”. 

Rosa, entre sorprendida y agradecida, resalta lo natural que le resultó todo el proceso de crecimiento en el rubro. 

“La verdad es que no fue algo que yo busqué, nunca fue un objetivo. Cuando yo estudiaba Relaciones Internacionales y aún después de recibirme, jamás se me ocurrió que un día iba a tener una inmobiliaria. Se fue dando de a poco, estando abierta a las posibilidades que iban surgiendo y eligiendo los caminos que se me ofrecían. Así, en el 2014, junto a una socia, fundamos nuestra propia inmobiliaria, que fue un proyecto muy lindo y en el que crecí y aprendí muchísimo”. 

La experiencia adquirida en esos primeros años fue clave para cimentar los valores que hoy definen su forma de hacer negocios.

LA REGINA REAL ESTATE

En 2021, Rosa fundó La Regina Real Estate, y hoy en día su inmobiliaria es un jugador de peso en el mercado local, una marca que se impone como un diferencial indiscutible.

“Actualmente somos un equipo de 17 personas, y siento que la empresa tiene un estilo propio, que no compite directamente con otras. La gente que trabaja conmigo comulga muchísimo con mi forma de ser, de pensar y de sentir los negocios. En La Regina Real Estate está muy humanizada la palabra trabajo, y eso se transmite al cliente, se transmite al propietario”.

Nuevas oficinas, equipo tonificado, misma filosofía. Rosa es una jugadora de equipo: forma y lidera, pero también mantiene principios inquebrantables.

TRES PILARES

Rosa define los pilares de su empresa con claridad: empatía, compromiso y equilibrio. 

Para el equipo de La Regina, el primer paso en cualquier operación es ponerse en los zapatos del cliente. Ya sea una familia en busca de su hogar soñado o un inversor en busca de oportunidades, el objetivo es entender sus motivaciones y necesidades para ofrecerles soluciones personalizadas. 

«La empatía es esencial. Aquí buscamos crear una mini comunidad donde la empatía sea un contrato tácito».

El compromiso es el segundo valor que define a su equipo. La confianza no se construye de la noche a la mañana, y en La Regina lo saben bien. Cada miembro del equipo trabaja con una dedicación incansable para garantizar que cada operación sea transparente y beneficiosa para todas las partes. 

«Es compromiso con el trabajo, con el equipo, y con los clientes. Defendemos a la empresa y a quienes confían en nosotros», afirma Rosa.

Finalmente, Rosa destaca la importancia del equilibrio. En un sector tan dinámico como el inmobiliario, el equilibrio es esencial para mantener una visión clara y estratégica. La Regina Real Estate combina el enfoque comercial con una responsabilidad ética, asegurándose de que cada transacción sea justa y significativa.

«Intermediar en una operación inmobiliaria requiere ciertos dotes de malabarismo. Hay que ser objetivos y empáticos a la vez. No siempre es fácil, pero es lo que buscamos. No se habla de operaciones cerradas, sino de experiencias, pericia y ética. En La Regina están convencidos de que honestidad, franqueza y transparencia son las claves para llegar a donde quieren estar, al sitio donde están”.

Ese sitio no es un lugar físico, sino un espacio interno que todos los representantes de La Regina buscan alcanzar a través de su trabajo diario.

DECIR NO

En el ámbito inmobiliario, Rosa ha tenido que tomar decisiones difíciles para mantenerse fiel a sus valores. 

«Algunas veces he dicho que no a situaciones que no me hacían sentir cómoda con el contexto, o que no me iba a permitir trabajar bien o mantener el equilibrio. No importa si pierdo un negocio, pero mantener ese equilibrio es clave para consolidar el respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Aprender a decir que no es algo que me llevó bastante tiempo, pero me ayudó a pararme en un escalón distinto, ayuda a consolidar el respeto hacia los demás, y el respeto que uno se tiene uno mismo, que es lo más importante”.

UN FUTURO INIMAGINABLE

Cuando se le pregunta sobre el futuro, Rosa prefiere mantener una perspectiva abierta. 

«Si hace tres años me hubieras preguntado cómo me imaginaba el presente, nunca habría pensado en lo que hemos logrado. Quiero que mi futuro sea inimaginable, pero siempre acompañado de dos cosas: poder mirarme al espejo sin avergonzarme y apoyar la cabeza en la almohada y poder dormir tranquila».

Con esta filosofía, Rosa La Regina y su equipo continúan construyendo un legado en Nordelta, demostrando que los pilares más importantes no siempre son visibles, pero son los que realmente sostienen todo.

Por Marcelo Iglesias

Fotografías Hernán Paz

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