Stella Maris del Papa: De otra galaxia

La célebre canción de Silvio Rodriquez nos vino a la mente al encarar esta nota con STELLA MARIS DEL PAPA, ilustre maratonista argentina con quien tuvimos el honor de pasar una mañana en Nordelta, junto a las runners Camy Ramallo de I Love Runn y Soledad Senosiain de Potenciarte by Sole.

La palabra inspiradora tan usada en tiempos de redes sociales, muchas veces banalizada o subestimada, cobra verdadera dimensión en la aparente frágil figura de la atleta nacida en 25 de Mayo, Provincia de Buenos Aires.

Stella no puede ser «medida» con frías estadísticas. Trasciende lo numérico. Es la motivación hecha ser humano. No necesita hablar mucho para emocionarte. Simplemente es.

¿Entendemos que sos la argentina con mayor número de participaciones oficiales en maratones?

Exactamente 82 lo que me posiciona como la mujer con más presencias y cuarta en la general.

¿Cómo y cuándo comenzaste tu carrera como corredora? 

Empecé en el año 77 con mi mamá, era una época difícil, no estaban acostumbrados a vernos correr por las calles de Buenos Aires. Nos gritaban cosas incluso a los hombres «andá a laburar», a nosotras «andá a lavar los platos».

¿Cómo era la vestimenta en esos años?

No había nada específico para corredores, yo usaba las zapatillas comunes de Flecha, hechas de goma y lona. Iba al Rosedal y me hice de amigos que corrían.

¿Alguna anécdota de esos inicios?

Seguro, había un grupo que todos los primeros de Mayo hacían las 26 vueltas al lago que equivalen a un Maratón. Yo los acompañaba hasta la vuelta 13 y en el año 79 hice las 26 vueltas. Ese mismo año quise correr la Fiesta Maya donde recibí mi primer incentivo al llegar en el lugar 28 (las 30 primeras recibían una copa). Fue un indicio de que era algo más que un hobby para mi.

¿En qué países o ciudades del exterior has competido?

Además de muchas ciudades argentinas, en San Pablo como representante de nuestro país, Los Ángeles, Barcelona, Madrid, Río de Janeiro y algunos más que no recuerdo. 

¿Qué sucedió en el año 1981?

Era junio, Ezeiza. Fui con mis amigos para competir mi primer maratón (42 kms) oficial. Se presentó un día muy frío. Cuando me quiero anotar, me dicen que NO, las mujeres solo corren hasta 21 km. Palabra va, palabra viene… que si… que no… me dicen que correría sin número. Llegué hasta allí para correrla, no me iba a quedar con las ganas. Finalmente, firmé un papel haciéndome responsable por si algo me sucediera. 

La mujer que tenemos enfrente es un portento, una «fuerza» como salida de una película de George Lucas, una bendición. La misma que en 1986 llegó tercera en la Maratón Adidas de Buenos Aires, clasificando así para representar a nuestro país en San Pablo, la misma que evoca con cariño su infancia con carencias pero con mucho amor. 

¿Contanos un poco de tu familia? 

Mi esposo Jorge es también un excelente corredor de larga distancia. Tengo dos hijos maravillosos, Elizabeth y Walter y mi nieta Aynur de 6 años. Vivo de manera muy sencilla, rodeada por mis afectos y llevando una vida lo más sana posible.

En relación a esto último, ¿nos podés indicar tu método de alimentación, rutinas diarias y entrenamiento?

Entreno en los bosques de Palermo los martes, jueves, sábados y domingos. Hago entre 11 y 15 kilómetros. Los otros días hago gimnasia y fortalecimiento. ¡Nunca paro!

En cuanto a la alimentación como frutas, verduras, frutas secas, arroz y algo fundamental… agua, mucha agua. Esto nos llena de salud y nos hace sentir mejor.

Por último Stella y confiando que no sea esta la última vez que aparezcas en nuestra revista, ¿qué mensaje le dejas a esta nueva generación de corredores?

Que solo nosotros podemos hacerlo. Ser conscientes de que es por nuestro bienestar. Tomar conciencia que el cuerpo necesita moverse y eso nos llena de salud y nos otorga el estar bien.

Por Carlos Tespio 

Fotografías Laureano Pérez