ABRACADABRA

Hace algunos años, en medio de una mudanza, encontré un dibujo que había hecho de mí misma a los 7 años. Lo más llamativo es que era una brujita que en su remera decía “buena.”

Este dibujo, lo tengo en la repisa de mi altar y para mi es tan simbólico y premonitorio a todo lo que fue sucediendo en mi vida un tiempo después.

Esa “bruja buena” hoy no es tan chiquita, ni tan temerosa, es más bien alguien en constante búsqueda por descubrirse a sí misma y guiar a los otros en su propia evolución personal.

Como toda bruja, soy amante de los rituales y ceremonias mágicas. Y por eso, me gustaría sumergirte en este maravilloso mundo contandote que es un ritual.

Un ritual, es un momento mágico que creamos a partir de una intención y ciertos elementos simbólicos, para dar forma a lo que deseamos.

Aunque a veces no nos demos cuenta, celebramos rituales constantemente, desde el momento en el que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, como por ejemplo, desayunar con tu mate favorito, ir al trabajo tomando el mismo camino, cenar en familia o juntarte con tus amigos una vez por mes.

Cuando celebramos un ritual, también estamos sintonizando con el Universo y lo que este tiene para ofrecernos. Entonces, es importante confiar en lo que estamos haciendo y abrirnos a su magia.

Por eso, les propongo celebrar un ritual diferente, más conscientes, a fin de sintonizarnos con el invierno y aprovechar esta oscuridad tan larga como posibilidad de introspección y aprendizaje.

Cada estación del año, no solo marca una nueva época, sino una energía universal que podemos usar a nuestro favor para comprender los sucesos que ocurren en nuestra vida. 

El invierno, que comenzó el 21 de junio, llega para recordarnos que estamos en el momento más frío y oscuro del año, ideal para invitarnos a la calma y reflexión, reavivar nuestro sol interior.

¿Qué les parece si celebramos un ritual de invierno? 

Sembrar nuevas ideas o soltar aquello que queremos dejar atrás.

Este ritual es una oportunidad para sumergirnos hacia adentro, pensarnos, sentirnos y priorizarnos.

¿Qué elementos necesito?

  • Una vela blanca
  • Fósforos
  • Palo Santo
  • Lápiz y papel
  • Cinta violeta

¿Cómo lo llevo a cabo?

Antes de comenzar, me gustaría sugerirte que es muy importante que encuentres un momento de tranquilidad e intimidad para practicarlo, sin posibles interrupciones. 

También es importante que establezcas un “espacio sagrado”. 

Podes elegir flores, velas, sahumerios, cristales  o cualquier objeto que sea significativo en este momento de conexión interior. También podes poner alguna playlist que te conecte con música relajante. Si te animas, podes trazar un círculo real o imaginario.

¿Estás listo?

1 Cerra tus ojos, conéctate con el ritmo de tu respiración y lleva la atención a tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. ¿Cómo se sienten hoy? Intenta permanecer unos minutos registrándote. Cuando sientas que es el momento, lentamente, abrí tus ojos.

2  Prende el palo santo  y una vez que notes el humo, soplalo y hace movimientos giratorios en el sentido de las agujas del reloj. Sahuma en las esquinas de tu ambiente y no te olvides de abrir alguna ventana para que corra el aire. Así vas a asegurarte que la energía del lugar esté limpio y protegido. 

3  Ahora es momento de encender la vela mientras visualizas y reflexionas en estos tres deseos:

-Algo que quieras pausar.  

Hacemos pausa cuando necesitamos pensarnos, desacelerar, llevar la atención a nosotros mismos. Puedo pausar por ejemplo mi ritmo acelerado, mi enojo o mi exigencia.

– Algo que quieras soltar.

Puede ser un hábito, un patrón de pensamiento, un vínculo, un miedo, un mandato arraigado. Pensá en eso que representa hoy una carga para vos.

-Algo que quieras sembrar. 

Tal vez un proyecto, un nuevo hobbie, un viaje, una oportunidad a nosotros mismos. Date el permiso de elegir lo que realmente deseas.

4 Toma el lápiz y el papel, y escribe las respuestas. Podes incluso, dibujarlas.

5 Enrolla esta hoja y átala con la cinta de color violeta. Este color está asociado con la espiritualidad, el equilibrio y la transmutación personal. No te olvides de guardarla en un lugar seguro.

6 Apaga la vela y el palo santo, agradece los favores recibidos y confía en tu conjuro.

7 En el inicio de la próxima estación, volvé a abrir esta hoja y reflexiona en lo que intentaste. ¿Algo se cumplió? Si así no fue, pensá que generaste desde vos mismo o que podrías hacer para alcanzarlo.

Tip:

La luna es un gran aliado a la hora de practicar tus propios rituales. Podes usar la energía lunar a tu favor. Te dejo algunas sugerencias para que tengas en cuenta.

Luna Nueva: Es la luna de la muerte y la resurrección. Ideal para rituales de introspección y transformación.

Cuarto Creciente: Es la luna de los procesos de crecimiento. Ideal para rituales de inicio de nuevos proyectos. 

Luna Llena: Es la luna de expansión y plenitud. Ideal para rituales de prosperidad y abundancia.

Cuarto Menguante: Es la luna para menguar, soltar. Ideal para rituales de limpieza.

¡Nos vemos pronto!

Lola 

Fotografía: Laureano Pérez @laureanopz