MARIELA MORRISON: El arte de vender con pasión e innovación

No se trata solo de un emprendimiento inmobiliario. Detrás de “Mariela Morrison Real Estate” hay un equipo que busca una forma diferente de tratar con sus clientes y dedican su tiempo a conocerlos, a escuchar sus necesidades y a descubrir las historias que hay detrás de cada propiedad.

El recorrido de Mariela nos dice mucho sobre su forma de emprender. Como ex maestra jardinera, aprendió a ver el mundo con esa mirada sencilla, alegre e imaginativa que tienen los chicos. Como bailarina profesional y personal trainer, demuestra tener la capacidad de escuchar las necesidades de las personas, estar atenta al detalle y buscar la armonía en las acciones que realiza. Todos sus proyectos y aprendizajes la condujeron al mundo avaro y codicioso del Real Estate, en el que ella y su equipo buscan destacar por su empatía, energía y una manera diferente de trabajar con propiedades.

Siempre fuiste emprendedora, ¿pero cómo llegaste al proyecto al que actualmente te dedicás?

No me conozco de otra manera que emprendiendo. Hace años, como maestra jardinera, y siendo madre soltera, desarrollé jardines rodantes. En paralelo a las actividades infantiles, también me dediqué a trabajar con los adultos porque las madres necesitaban algo para hacer mientras yo estaba con los chicos. Lo sostuve por un tiempo, hasta que decidí hacer un cambio. 

Me surgió la posibilidad de trabajar en una empresa de desarrollos suburbanos. Estuve menos de un año, pero me sirvió para conocer el rubro y entender la gran oportunidad que tenía en él. Me di cuenta de que buscaba otro estilo de inmobiliaria, diferente a las tradicionales. Me gustaba conseguir las producciones, visitar los barrios y eso, a la vez, me permitía salir de la oficina. Cuando me fui de la empresa, junto a mi pareja iniciamos nuestro propio proyecto de forma independiente. Empezamos con una cuenta de Instagram, salimos a buscar nuestras propias producciones y recorrimos las casas cuando nadie más lo hacía. Y así, empezaron a surgir ventas. 

Hasta el momento éramos como influencers inmobiliarios. Cuando nos dimos cuenta de que funcionaba, di un paso más y me anoté para hacer la carrera de martillero público y obtuve, en medio de la pandemia, la matrícula que necesitaba para darle forma a este proyecto.

¿Cómo definirías lo que hacés? 

No me gusta definirme como una inmobiliaria tradicional. Tengo un equipo con el que no solo hacemos ventas, sino que también construimos, decoramos e incluso nos encargamos de conseguir el lote, de hablar con arquitectos y llevar a cabo cada proyecto. Lo que hacemos es un trabajo integral al que le queremos dar más carácter inmobiliario. Lo que me gusta de la forma en la que encaramos nuestro trabajo es que siempre estamos buscando estrategias diferentes. No quiero caer en el aburrimiento de una misma rutina o estrategia, por eso, juego mucho con las producciones o el tipo de contenido que puedo crear para los clientes. 

No querer caer en un esquema tradicional es el motivo por el cual tu trabajo está tan inmerso en tu cotidianidad, ¿verdad?

Hago que mi trabajo sea parte de mi rutina cotidiana. Por ejemplo, voy a buscar a mi hijo y, de paso, muestro una casa. Si no sale una venta, asesoro en decoración porque quizás era eso lo que buscaba el cliente. Nos vamos adaptando a lo que va surgiendo y queremos que la persona sienta que no importa dónde estemos, siempre estamos trabajando. 

Nos gusta conocerlo, invitarle un café y empatizar. No nos frustramos. Siempre le encontramos la vuelta para cerrar con alguna propuesta. Si no sale una venta o una decoración, quizás sí la construcción de una pileta. Si no tenemos equipo para hacer lo que quiere la persona, lo conseguimos. Por eso digo que siempre nos adaptamos. Los clientes nos buscan justamente por nuestra forma descontracturada de hacer las cosas. 

¿Cómo tienen pensado darle forma a este emprendimiento?

Queremos apuntar cada vez más a proyectos integrales, desde la venta del lote, la construcción de la casa, la pileta, el parque y hasta la decoración. Además, nos interesa seguir las tendencias de afuera para adaptarlas acá. Prestamos mucha atención a todo lo nuevo que va surgiendo alrededor. Por ejemplo, está tomando relevancia el tema de la criptomoneda. Tenemos un equipo curioseando en esto y capacitándose porque hay mucho para hacer con el Real Estate, cómo vender una casa sin importar donde estés. Sabemos que en nuestro país es complicado, pero no es un obstáculo. Tratamos de estar un paso adelante, pendiente de lo nuevo para traerlo al país. Otra clave importante es tener gente alrededor que esté en diferentes rubros porque eso suma a la sinergia de trabajo. Eso sí, siempre buscamos trabajar con gente que tenga buena energía. Para mí, eso es fundamental.

Y a nivel humano, ¿cuál es la impronta que busca tener el emprendimiento?

El estilo de trabajo que a mí me gusta es que, desde la atención, el cliente perciba que está tratando con personas que lo escuchan, que entienden sus necesidades y que van a preocuparse por eso. A veces sucede que las personas están en otra sintonía, en vez de prestarle atención al cliente y a lo que necesita. Por eso, cuando pienso en un estilo, pienso en gente alrededor mío que sabe lo que es el sacrificio, el esfuerzo y que se levantan para ir a arrasar con la vida. Yo quiero a esa gente, la que demuestra que disfruta su trabajo y logra que el cliente lo perciba. Busco armar un equipo que motive y se destaque.

¿Cuál es el valor agregado del emprendimiento por el cual querés que te reconozcan?

Nos pasa muy seguido que cuando tenemos que ir a mostrar una casa, el cliente nos dice que nos buscó a nosotros porque le gusta la energía que transmitimos por las redes y nos recomiendan otras personas. Nos destaca nuestra buena energía. Voy a mostrarle casas, a tomarme un café para charlar de la vida y eso es lo que nos sale natural. Somos transparentes con nuestros clientes. Además, no nos metemos en la competencia y el cliente lo nota. Por eso no me voy a quedar solo en Nordelta, quiero abrirme también a otros lugares. 

¿A qué tipo de clientes apuntan y cómo se acercan a ustedes?

No tenemos un público ideal, sino que nos adaptamos a todo tipo de necesidad. Podría decir que tenemos dos grandes públicos: los jóvenes que alquilan y empiezan recién su vida o quieren tener su primer hogar, y las personas grandes con casas que les han quedado grandes y buscan achicarse.

Llegan a nosotros muchas veces por recomendación de otra persona. Otra gran parte lo hacen a través de Instagram. Una vez que nos contactan, si tienen algo para vender, coordino el encuentro directamente en la casa porque es fundamental conocerla y saber su historia. Ahí mismo realizo la producción de fotos y videos, conozco a la persona y busco sus intereses. Siempre buscamos la comodidad del cliente.  

Contanos un día de tu trabajo, ¿cuál es la dinámica que tienen?

Sinceramente, trabajamos todo el día durante toda la semana. No tenemos horarios y estamos pendientes constantemente del celular. Nunca me desconecto realmente porque hasta en una clase de yoga me puedo encontrar con potenciales clientes. Una se pone a conversar y estas cosas surgen. 

Arrancamos temprano, coordinando un cafecito a la mañana para organizarnos si no se hizo el día anterior. Nos mantenemos siempre comunicados durante el día para ver cómo nos está yendo y saber si alguien necesita algo. Además, la gente se acostumbró a las videollamadas debido a la pandemia, por lo que a veces coordino algunas y funcionan como pre-reuniones. En esa oportunidad podemos mostrarle al cliente la casa y los videos. Otras veces usamos el espacio de coworking para el trabajo en equipo, pero no soy rutinaria, así que no puedo sostener una estructura en el trabajo. Eso sí, estamos 100% en el teléfono.