Si hablamos de perdón, estamos hablando de peleas, discordia o cualquier situación no deseada por la mayoría de las personas. ¿Acaso no sería más apropiado que el día más santo del año sea un día de celebración, alegría y felicidad?
Pero el perdón tiene otras implicancias.
Cuando pedimos perdón, o cuando perdonamos, estamos haciendo paz entre dos partes que estaban distanciados por diferentes causas. Las diferencias quedan en un plano inferior y se alcanza uno supremo el cual lleva armonía y tranquilidad a las partes.
Pero quisiera hacer hincapié en un punto al cual siempre me hizo ruido.
Una de las costumbres más fuertes relacionadas a la paz y al perdón, se la experimenta cuando (lo aleinu = que no sepamos) hay que despedir a un ser querido que partió al cielo. La costumbre es pedirle Mejila (perdón) y también perdonarlo por cualquier cosa que podría haber ocurrido durante la vida, ya sea una palabra, una acción, incluso una mirada que quizás alteró la paz entre las partes por tan solo un momento pudiendo haber provocado un momento de dolor y/o discordia. Luego de esa acción de perdón y perdonar le deseamos que descanse “en PAZ”.
Es por eso, que la Kabala nos enseña que el camino hacia la paz y armonía está en la disculpa, el perdón y la aceptación. Siendo esta una senda directa hacia el sosiego y la felicidad.
En Iom Kipur, somos perdonanos, así como una Madre y un Padre son misericordiosos con sus hijos, Dios es benevolente y olvida nuestros errores. En cambio, nos da cada día una nueva oportunidad.
¡Pero eso no alcanza! ¿Estamos nosotros en la sintonía de poder perdonar? ¿O de reconocer que hemos causado un dolor a alguien?
Eso es Iom Kipur queridos amigos. Es un cambio, es una oportunidad de jugar en una liga más alta donde nuestros egos quedan en segundo plano y nuestra esencia se une, donde la propuesta es…. ¿Te animas a vivir en paz con los demás y con vos mismo?
Pedí perdón y perdoná.
Que seamos meritorios de un Jatima Tova, un sellado bueno y feliz para un año lleno de bendición.