Nunca imaginaste que el blanco tuviera tantos matices. Puro, roto, seda, frío, tiza, crema, níveo, marfil, perla, coco, alabastro, hueso, antiguo…
Antártida es una aventura para agudizar el oído y escuchar la melodía de la naturaleza. Se pueden escuchar caer los copos de nieve sobre el manto, las olas suaves que acarician los iceberg, los quiebres estruendosos de los bloques de hielo que se desprenden de los glaciares, los chasquidos de las ballenas y los graznidos de los pingüinos. Orcas juguetonas chapucean en una bahía, mientras el viento silba al chocarse con la estructura de la Base Brown.
Un paisaje lunar, pero repleto de contenido: con bruma, nevisca, llovizna, niebla, nubes que juegan al antifaz con las montañas.
Para ver lo que otros no ven, ese es el lema de una línea de cruceros boutique anclados en la riqueza natural y cultural. Swan Hellenic, una invitación a abrir los ojos a lo que está por verse.
Nota y fotografías: Flavia Tomaello