Para mí, el delta fue siempre sinónimo de diversión. De chico iba con mis viejos los fines de semana a un club frente al Tigre Hotel a pasar el día. Asado familiar, pileta, sol, y calor, esa era la combinación para visitar la puerta de entrada al delta del Paraná. Y con los años la diversión fue migrando hacia los ríos más internos; el Sarmiento, el San Antonio, el Canal Arias, y el Canal del Este hasta el Paraná de las Palmas.
Regresé al delta del Paraná luego de la pandemia, y claro que, como muchos, no volví con la misma visión de solo diversión. Durante estos casi tres años llevé siempre mi cámara de fotos conmigo, sin importar que tipo de salida hiciera. Mi ojo había cambiado y junto con él, mi motivación también cambió.
Registré todo lo que pude de un Delta del Paraná interior que no conocía, o que nunca me detuve a observar, donde muchas cosas son muy diferentes.
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