ANA SANTAMARINA: En busca del bienestar

Ana tiene 51 años y es madre de tres hijos. Trabajó como asistente de ejecutivos en empresas nacionales e internacionales, en el Congreso de la Nación y actualmente asiste al directorio de una empresa. Es asesora de imagen y Coach certificada.

¿Cómo llegaste al Coaching?

Como asesora de imagen, siempre tuve el sentimiento de que, para generar un cambio externo, se debía empezar con un proceso interno para encontrar el bienestar. Entonces, comencé a preguntarme qué herramienta debía incorporar para poder ayudar a las personas con ese cambio interno, y ahí llegó el Coaching. 

Acompañar y asistir a la gente siempre fue mi pasión, porque asistir significa estar al servicio de las personas y ayudarlos a dar lo mejor de ellos, lo mejor de su potencial, es buscar que las personas se puedan conectar con el bienestar. 

¿En qué consiste el Coaching de Vida?

El Coaching de Vida es un proceso mediante el cual el Coach acompaña a las personas en el camino hacia el logro de metas.

Hay personas que llegan a determinada etapa de la vida con algún grado de insatisfacción, algo que los incomoda, algo que no los hace sentir bien. Por mencionar algún ejemplo, personas que han trabajado toda la vida en relación de dependencia y sueñan con tener su propio emprendimiento, muchas veces ese cambio significa un gran desafío ya que, para lograr dar ese salto, deben animarse a salir de la zona de confort. Otro ejemplo podría ser el caso de aquellas mujeres que se han dedicado a su familia y, ahora que sus hijos son grandes, quieren iniciar algo que les sea propio, les genere bienestar y plenitud, y no saben cómo o por dónde empezar.

Mediante el proceso de Coaching, otros aspectos que se pueden trabajar son con las creencias y los miedos, que son los obstáculos que más paralizan o limitan a las personas al momento de plantearse una meta. Es como reprogramar la cabeza. El cliente viene pensando de una manera, que, hasta ahora, lo limitó, lo paralizó. Entonces, el coach lo que hace es acompañarlo a través de una serie de ejercicios y preguntas poderosas y asertivas, que van a guiarlo hacia sus propias y nuevas respuestas. 

¿Cuál es la diferencia con una terapia?

La terapia trabaja con traumas, el Coaching de Vida trabaja de presente a futuro, no interviene en cuestiones que han sido traumáticas para una persona, que necesita resolver en otro ámbito. De hecho, se puede hacer Coaching y terapia a la vez, siempre y cuando ese proceso que tiene que hacer en un ámbito terapéutico, no impida que avance en su proceso de Coaching. Si la persona se frena porque hay algo del pasado por resolver, el proceso de Coaching no va a poder avanzar.

El Coaching no es un ámbito terapéutico, sino que se trabaja hacia adelante, hacia donde querés llegar. 

¿Cómo se prepara un Coach?

Para poder acompañar y potenciar a una persona, uno debe tener ciertos aspectos resueltos. Por eso, a mi entender, las personas que nos dedicamos a esta profesión debemos capacitarnos constantemente y estar actualizados para poder guiar al cliente. En este momento estoy por finalizar una nueva Certificación que se llama Eneagrama para Coach, que es una herramienta de autoconocimiento que me ayuda a conectar con las propias luces y sombras, o para decirlo de manera diferente, reconocer los aspectos de mi personalidad que necesito trabajar para mejorar y también para lograr mantener y potenciar aquellos que son mis fortalezas y de este modo buscar constantemente el equilibrio. Por otro lado, durante el transcurso de las sesiones, el coach debe mantenerse presente y en estado de escucha activa con su cliente, y a su vez, estar atento a sus propias creencias, juicios y valores para que éstos no influyan en las mismas, ya que el proceso es del cliente, que tiene sus propias creencias y valores. 

¿Cuándo termina el proceso de Coaching?

Los tiempos de un proceso van a depender del tema que traiga la persona para trabajar. Uno estipula las sesiones de acuerdo con la necesidad del cliente. 

La sesión de admisión antes de iniciar el proceso es el momento en donde el coach tiene la posibilidad de comprender mejor las necesidades del cliente, y a su vez el cliente conocer más detalladamente qué es el Coaching, qué puede esperar de las sesiones y cómo va a ser la relación con el coach. Se establece una alianza de trabajo y se firma un acuerdo de confidencialidad. A partir de ahí comienza el trabajo.

Es muy importante el compromiso del cliente consigo mismo a partir del momento que se plantea una meta, ya que ese compromiso será el que lo acerque más o menos rápido al logro de esta. Por otro lado, también es fundamental el compromiso de respetar el proceso que va a encarar. Es entender que hay un tiempo, y que en ese tiempo hay días en que las cosas salen bien, y días en que se frenan, y que eso también forma parte del proceso. 

¿Qué podemos esperar de tu futura columna?

Me gustaría que los lectores descubran o conozcan mucho más sobre esta herramienta, que es el Coaching de Vida.  

Pero, fundamentalmente, si alguien se siente identificado y piensa: “bueno, esto es lo que me pasa a mí”, vea que, a través de este proceso, puede lograr lo que desea. 

Quiero que quien sienta que le resuena, se anime a darse posibilidades, se anime a creer. Si vos no crees en vos, nada podría funcionar. Y más allá de que lo hayas intentado y no haya funcionado, es fundamental creer que se pueden adquirir nuevas herramientas, que se puede poner luz donde hoy no hay luz. 

Eso es el Coaching, poner luz donde hoy no la hay.

Para terminar, ¿te gustaría decirle algo al lector?

Sí. Me gustaría invitarte a que siempre encuentres un tiempo para conectarte con vos mismo. Ese tiempo puede ser aquel que empleas para realizar esa actividad que te genera bienestar y que logra que, por un momento, te abstraigas de la rutina diaria. Es justo ahí, donde al escucharte, conseguirás conectar con tus necesidades reales. Conectarte es darte tiempo, es permitir que tu voz interna se exprese, es tratarte con cariño, es ser amable con vos mismo. Hoy la gente no se escucha: está tapada por el ruido, por la rutina, por las obligaciones, por los problemas. 

La realidad es que tenemos una vida. Y esa vida hay que vivirla bien.

Fotografías: Marcelo Iglesias @iglesiasmarcelo

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